La libertad quebrada


El último fin de semana explotó la interna de La Libertad Avanza y hasta los trolls de Milei se tiraron con todo.

Todo empezó con una canción de cancha. La Selección Argentina fue la primera en verse envuelta en una polémica con Francia por aquellos cánticos que cobraron popularidad en el mundial sobre la nacionalidad de los jugadores de ese país. A partir de esto, arrancó la discusión sobre el racismo existente y difícil de negar en muchos argentinos, pero el grosero error de La Libertad Avanza fue convertirlo en una cuestión de Estado.

Julio Garro era subsecretario de Deportes y se metió en la polémica diciendo que el capitán, Lionel Messi debía pedir perdón. Por supuesto, esto le costó el puesto y salió eyectado en cuestión de horas tras una intensa persecución de los libertarios. Lo siguió la vicepresidenta de la Nación, Victoria Villarruel, que tildó de “país colonialista” a Francia en un posteo en la red social X, pese a que la secretaria de la Presidencia, Karina Milei se mandó a la embajada francesa para pedir disculpas y bajarle la espuma a los dichos de la vice, señalando que se trataba de una opinión personal y no del Gobierno. La interna explotó.

Al mismo tiempo, la diputada libertaria Lilia Lemoine brindaba entrevistas con frases derrochando ignorancia y brutalidad. “No quiero un funcionario que se estaba arrodillando ante una potencia”, gritaba la legisladora mientras la hermana del presidente pedía disculpas. Además, al referirse a Garro, dijo que “estaba a punto de sobarle la quena a alguien”.

Por supuesto, este escándalo se reflejaba en la red social X, empezando por Daniel Parisini, conocido como @GordoDan_, a quien se lo señala como el líder del grupo de trolls al servicio de Santiago Caputo y Javier Milei. La grieta libertaria explotaría entre los que se decidieron a manifestar su apoyo a Villarruel repudiando la intervención de Karina Milei, remarcando que a esta última nadie la votó.

 “El Javo terminó con la internita de trolos que vi en Twitter. Dejen de comprar de la que venden los kukas. Ya está, esto es una boludez, a qué están jugando, esto va para la militancia nuestra”, ordenaba desde su streaming Parisini.

La realidad es que nadie lo tomó en serio y en las redes la cosa no solo siguió, sino que corrieron todo límite conocido que pueda ser fundamentado con el fanatismo irracional que genera el supremo líder mesiánico Milei, sobre sus seguidores. Capturas de mensajes, acusaciones de cobros, pagos, traiciones y hasta escraches con doxeo (publicar datos personales y privados) incluído, completaron el escándalo del fin de semana.

Así funciona la patota digital

Las amenazas llegarían de la mano de @SnakeDocLives, cuenta que todos relacionan directamente con Santiago Caputo, uno de los principales asesores de Milei desde la campaña, siendo dirigidas a un jovencito twittero, también acérrimo libertario de la primera hora @TanoGiuliani, por bancar a Victoria Villarruel y disparar la disputa con Karina Milei, entre sus seguidores a través de una encuesta.

La dichosa encuesta se convirtió en la prueba cabal de cómo opera esta “patota digital”. Al ver que el apoyo se lo llevaba la vicepresidenta por encima de la hermana del presidente, no invocaron a Conan sino que contrataron un ejército de bots para dar vuelta el ridículo posteo, pero no se dieron cuenta que las visualizaciones eran menores a la cantidad de votos (37.000 contra 46.000), lo que debería ser técnicamente imposible, pero se hace real pagando un muy oneroso, servicio. En este momento, ya la grieta era insalvable y la exposición sacó lo peor de este grupo de seguidores de Milei.

Así como los ya nombrados, existen otros usuarios de X que forman parte de esta patota y no dudaron en salir al cruce de ese libertario que se alejó un poco (bastante) del rebaño. Los cruces subían la tensión, publicando capturas de pantalla de un lado y del otro.

@ElTrumpista es otra de las cuentas que el presidente suele replicar y se sumó a los ataques contra el joven villarruelin, al igual que lo hizo @La_Pistarini, de quien Giuliani publicó directamente su fotografía y más tarde borró.

“Si te hubiera mandado a alguien estarías callado”, advirtió “Snake”, que sigue negando ser Santiago Caputo pese a la foto publicada por el diputado Agustín Romo, mostrando el tatuaje de “Snake” que, aunque al lector le parezca un completo delirio, se trata de una psicografía de Parravicini. Luego de esto, reafirmaría amenazante: “Dije que si hubiera mandado a alguien estaría efectivamente callado para siempre”.

Por más que Caputo insista en negar la autoría de los posteos de la cuenta mencionada, lo real y concreto es la descomunal grieta que se desató entre propios. El grotesco espectáculo es apenas una muestra del despliegue de la patota digital dentro de las redes sociales, como lo fuimos describiendo hasta acá.

Este comportamiento es común y la función de la patota digital es el amedrentamiento a través de estas cuentas con mecanismos persecutorios. Solo eligen un objetivo para iniciar su violento descargo.

Lo preocupante es que estas amenazas no solo se quedan en la red social X. En el caso de Tano Giuliani, recibió también mensajes de WhatsApp, prometiéndole “una visita” y no es la primera vez que pasan a la acción, en otros términos, gozando de una llamativa impunidad.

A partir de una investigación realizada por Revista Crisis: “Las militancias digitales de la ultraderecha”, se pudo comprender con mayor profundidad la gravedad del accionar de este grupo de tareas. De acuerdo con el Equipo de Investigación Periodística (EdIPo) el vínculo entre el Poder Ejecutivo y los grupos de tareas digitales es indisimulable, con especial protagonismo del autopercibido asesor fantasma, Santiago Caputo. Aunque desde el Gobierno los pretendan presentar como “los excluidos”.

En el extenso texto publicado por el medio, se detalla a otros usuarios como @jdoedoe101101, quien en realidad es Juan Pablo Carreira, actual Director Nacional de Comunicación Digital de la Presidencia de la Nación, pero también hace hincapié en @BarraniBad, quien en realidad sería Federico Gorga, ex estudiante de la carrera de Filosofía de la UBA, quien se define a sí mismo como “un psicópata” que solo quiere “reventar y destruir gente”.

Gorga estuvo al frente de un grupo al que llamaron KFC (Kiosco, Falopa y Coquita) del que en algún momento fue parte Marcos Urtubey, hijo del ex gobernador de Salta y creador de Salta Avanza para una fallida campaña a intendente. Estos fueron los primeros pasos de la estrategia digital de un grupo de tareas al servicio de La Libertad Avanza, el producto se fue transformando hasta lo que vemos hoy.

Ni propios ni ajenos están exentos de toparse con la patota digital si se animan a opinar distinto a lo que el supremo líder ordene. El fanatismo como lo irracional aparecen de la mano en las maniobras de este grupo casi con la misma insistencia que la violencia y la misoginia.


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