El presidente diferenció leales de traidores y luego habló de un “principio de revelación”.
A pocos meses de asumir, el Gobierno Nacional ya nos tiene acostumbrados a sus extremos. El papelón de la Ley Ómnibus sacó a relucir lo peor del presidente Javier Milei y sus seguidores, como también, puso de manifiesto la inestabilidad del mandatario, quien desde un primer momento se plegó a las amenazas de “ajuste brutal” que propinaron desde La Libertad Avanza.
La tónica de los posteos del Milei fue cambiando conforme iba pasando el tiempo. La cuenta institucional llamada “Oficina del Presidente” publicó un extenso mensaje en el que agradeció a quienes acompañaron la iniciativa y clavó una lista negra de diputados, todos los que le votaron en contra al proyecto de Milei, acusados de “votar contra el pueblo”.
A la gravedad de que una cuenta institucional confeccione sin tapujo una lista negra, hay que sumarle los condimentos que luego utilizó el líder del Ejecutivo Nacional: “Los leales y los traidores”, acusando a los últimos de “usar el discurso del cambio para rapiñar una banca”.
En la extensa lista, están incluidos tres diputados de Salta: Pamela Calletti, Pablo Outes y Yolanda Vega, los tres miembros del bloque Innovación Federal y del Partido Justicialista.
Asimismo, el berrinche del presidente y sus seguidores no fue solo para con los diputados. A los gobernadores también les dedicó un tiempo, replicando un mensaje en el que los presentaba como “supuestos opositores”: Gustavo Sáenz (Salta), Martín Llaryora (Córdoba), Carlos Sadir (Jujuy), Hugo Passalacqua (Misiones), Rolando Figueroa (Neuquén), y Pullaro (Santa Fe).
Disfrazando la derrota
El presidente Javier Milei se encontraba de gira en Israel, seguramente la confianza de la aprobación le permitió partir, pero al enterarse de la caída de la Ley de Bases el berrinche se prolongó. Lo cierto, es que luego de algunas horas en la red social X, cambió su discurso para intentar mostrar que lo ocurrido en el Congreso de la Nación no fue un fracaso rotundo, sino que estaba todo preparado. Lo llamó “Principio de Revelación”.
De esta manera, el super presidente viajero que se quedó sin facultades delegadas por el momento, habría diseñado esta estrategia que le costó millones al pueblo argentino, en la que incluyeron papelones con el dictamen, idas, vueltas, represión y roscas casi vomitivas para revelar, lo que sus seguidores ya repetían calificando de traidores a sus opositores, mientras que del otro lado le revelaron que los legisladores votaron como esperaban, rechazando la Ley Ómnibus, ya convertida en carretilla.
Lo que quedó más que claro es la inestabilidad del máximo líder del Ejecutivo Nacional y el atropello de todo este arco político a la hora de confeccionar listas negras, difundiéndolas descaradamente mediante la comunicación institucional que pagan todos los ciudadanos. Por más que intenten disfrazarlo, el fracaso del oficialismo nacional se vio en pleno y concreto.