Para el presidente de la Nación, Javier Milei, el máximo héroe de la libertad fue Moisés y así fundamenta su vínculo con Israel.
Este fin de semana, la humanidad estuvo en alerta a partir del ataque de Irán a Israel. Si bien el sistema de defensa llamado “cúpula de hierro” israelí logro repeler el ataque a tal punto de no lamentar víctimas fatales, la escalada de violencia en Medio Oriente dejó al mundo entero al filo de un conflicto bélico.
Como ya lo expresó en reiteradas oportunidades el presidente argentino, Javier Milei, alineó nuestro país con Israel y sus aliados, entre los que se encuentran sus amores más profundos, Estados Unidos y Gran Bretaña. Por esto, desde la Oficina del Presidente emitieron un comunicado expresando el enérgico apoyo a Israel y anunciaría la creación de un Comité de Crisis para evaluar la respuesta ante el conflicto.
Para Milei, resulta fundamental el vínculo con Israel, no solo por su acercamiento íntimo con la comunidad sionista o su nombramiento como embajador de la luz por la comunidad Jabad Lubavitich, sino por la importancia de su máximo profeta: “El máximo héroe de la libertad de todos los tiempos es Moisés”.
Una vez más, prima el misticismo religioso y hasta una especie de fundamentalismo teocrático, que la realidad que atraviesa nuestro país, sumergido en una crisis galopante que afecta de lleno a la enorme mayoría de trabajadores y jubilados. Cabe recordar, que el propio Milei comparó a su hermana Karina, también llamada “el jefe”, quien de profesión es repostera y tarotista, con Moisés presentándose a sí mismo como Aarón, el vocero del profeta hebreo.
En rigor de verdad, la mayoría de los historiadores coincide que Moisés es un personaje de la mitología hebrea y aunque ocupa un lugar central en los libros sagrados del cristianismo, el judaísmo y el islam, la arqueología no demuestra su existencia, la estancia en Egipto de esclavos hebreos ni su huida a través del desierto.
En síntesis, este profeta mitológico se ha convertido en la excusa que necesitaba el jefe de Estado para establecer la posición de Argentina en una guerra de proporciones bíblicas a miles de kilómetros de nuestro territorio y cargada de fundamentalismos religiosos, mientras en nuestro país devastado, los jubilados y trabajadores se encuentran sumergidos en la desgracia de no poder cubrir ni siquiera la canasta mínima. La hambruna, de este lado del mundo, es resultado de las pésimas políticas aplicadas en los últimos años, incluyendo las de este gobierno libertario y ahora, teocrático.
Mientras el presidente Milei montaba un show sin precedentes, disfrazado de Comité de Crisis, las potencias del mundo negociaban para frenar una respuesta inminente de Israel, con el fin de evitar la escalada de violencia.
En Argentina, el Comité de Crisis integrado por la vicepresidenta Victoria Villarruel, el jefe de Gabinete, Nicolás Posse, el ministro de Economía, Luis Caputo, la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, su par de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, el titular de Salud, Mario Russo, el director de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) y Silvestre Sívori, esperaban la llegada del líder libertario para su primera reunión.
El ministro de Defensa Luis Petri participaría de forma remota desde Dinamarca, mientras que la canciller Diana Mondino no pudo asistir porque tiene previsto un vuelo a Brasil, donde mantendrá el lunes una reunión junto a su par Mauro Vieira.
Para sorpresa de todos y algo nunca antes visto, integró esa reunión de gabinete un embajador, se trataba de Eyal Sela, el embajador de Israel en la Argentina. A posterior, brindaron una conferencia de prensa, sin prensa, en la que el vocero Manuel Adorni dejó expresar su agradecimiento a Sela, quien contó que puso a disposición información sobre la ofensiva iraní.
Israel enfrentó a Irán en la ONU
Israel e Irán cruzaron acusaciones este domingo durante la reunión del Consejo de Seguridad de la ONU convocada de emergencia luego del ataque iraní que tuvo lugar este sábado. El secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, afirmó que la región “está al borde del abismo”.
En el encuentro convocado a pedido de Israel, su embajador, Gilad Erdan, instó a esa instancia a “actuar” y exigió que “se impongan todas las sanciones posibles a Irán antes de que sea demasiado tarde”.
Erdan advirtió que Irán “está más cerca que nunca de la bomba nuclear” e insistió en que la ONU tome medidas urgentes para contener el avance de las fuerzas iraníes.
Irán dijo que su ataque se produjo en respuesta a una mortal ofensiva aérea el 1 de abril contra el consulado de Teherán en Damasco, la capital siria, atribuido a Israel. El embajador de la República Islámica ante la ONU, Amir Saeid Iravani, argumentó que su país “no tuvo otra opción que ejercer su derecho a la autodefensa”.
Dicho ataque mató a siete miembros de la Guardia Revolucionaria, incluidos dos altos oficiales, y provocó amenazas de retaliación por parte de Irán. Teherán acusó a Israel de ese hecho, que ni lo confirmó ni lo negó.
“Ni la región ni el mundo pueden permitirse más guerras”, clamó Guterres en la reunión convocada de emergencia.
“Los pueblos de la región se enfrentan a un peligro real de conflicto generalizado y devastador. Este es un momento para la desescalada y la distensión. Es el momento de mostrar la máxima moderación“, insistió a las partes.
Por su parte, Estados Unidos dijo el domingo que no se unirá a ninguna represalia contra Irán, mientras el presidente Joe Biden advirtió al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, que “piense detenidamente” sobre cualquier escalada.