“Destrozaron los ojos de mar en Salta y mataron los extremófilos”


Aseguran que los daños a los ojos de mar de la puna salteña son irreversibles.

Salta ostentaba al mundo el paisaje único y maravilloso de los ojos de mar en Tolar Grande. Este lugar era asiduamente visitado por especialistas que han realizado distintos estudios, pero ahora la maravilla fue convertida en un desastre por el paso del hombre. La doctora en Bilogía, María Eugenia Farías, denunció esta situación y advirtió algo mucho peor: “Los extremófilos ya no existen”.

La causa de este desastre en Tolar Grande responde a la construcción de una plataforma, que fue instalada para que los turistas puedan acercarse a los ojos de mar. Ahora, aquellos ojos de mar llenos de vida, se encuentran repletos de barro.

“Construyeron una plataforma para que turistas se puedan acercar, son suelos que se desmoronan fácilmente, eso ahora es un barrial, los tres ojos del mar quedaron sucios, con barros, por lo que no entra luz y los extremófilos ya no existen”, sostuvo la especialista en una entrevista con FM Capital.

Seguido de esto, se refirió a la importancia de los extremófilos: “Nos permite espiar la vida primitiva a través de los ojos de mar. Tienen las herramientas como para hacer vida sustentable en el planeta, no solamente para poder sobrevivir ellos, si no a las plantas, por ejemplo. Los extremófilos tienen muchos secretos, agricultura, medicina, ambiente, materiales, para conocerlos hay que cuidarlos”.

Farías apuntó a la Secretaría de Ambiente de la Provincia de Salta, quien aprobó el Estudio de Impacto Ambiental y Social (EIAS) y señaló que “lo firma un ingeniero ambiental, no hay un geólogo que como mínimo se debe haber consultado, eso no se hizo y fue aprobado”.

“Estamos ante una oportunidad económica y de desarrollo, pero no podemos sacrificar el medio ambiente en el proceso”, cerró la doctora en Biología y lamentó la pérdida de un patrimonio visual, científico y turístico de Tolar Grande.

Los extremófilos son organismos que viven en condiciones extremas, de temperatura, salinidad, acidez o radiación, hostiles para la vida al menos desde el punto de vista antropocéntrico. Sus condiciones ofrecen infinitas posibilidades de aplicación, pero, más allá de sus practicidades, también encierran las claves para encontrar vida extraterrestre.

Se le han encontrado múltiples usos, como por ejemplo la biominería, con extremófilos acidófilos, o la aceleración de procesos en ingeniería gracias a los extremófilos termófilos de altas temperaturas.


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