El banquete de los insensibles

María Emilia Orozco, Carlos Zapata y Julio Moreno, comieron asado para celebrar su “heroico” voto contra los jubilados.

Como dijo Cicerón, la única verdad es la realidad. En realidad, tan histórica frase es atribuida a Aristóteles, pero si al presidente de la Nación, Javier Milei, le fascina inventarle citas al cónsul romano, por qué no lo haríamos nosotros. Pero mimetizado con el Imperio Romano, el mandatario argentino no tuvo mejor idea que organizar un banquete con carnes asadas, vino y hasta mousse de chocolate, que ni Constantinopla pudo ver.

Volviendo a la realidad, millones de argentinos viven sumergidos en la pobreza y cada vez son más los que se acuestan a dormir sin cenar. En este contexto, 87 diputados votaron en contra de darle un pequeño aumento a las jubilaciones y Milei no tardó en calificarlos como “héroes”, para luego convocarlos al agasajo. Entre estos, vamos a destacar la presencia de tres salteños: María Emilia Orozco, Carlos Zapata y Julio Moreno.

Al ver la foto sacada en un quincho de la Quinta Presidencial de Olivos, lo que menos se observa es austeridad. Pomposos trajes y vestidos, vinos de etiqueta, copas de cristal y todo, absolutamente todo, financiado “con la tuya”.

Si bien el vocero presidencial, Manuel Adorni, garantizó que el costo de la tarjeta fue de 20.000 pesos y que lo pagaría cada uno “con débito”, cualquiera se da cuenta que todos en la mesa viven de la nuestra, se visten de la nuestra, duermen de la nuestra y rentan cantidad de asesores y aplaudidores, también con la nuestra. Hasta el propio Adorni consiguió incremento salarial en horas de la tarde cuando le dieron a su cargo, rango ministerial, sí, también con la nuestra. Además, la mayoría llegó a Olivos en camionetas oficiales de la Cámara de Diputados de la Nación.

Cabe mencionar que, no todos pagaron con débito como pretendía el vocero. El olmedista libertario, Julio Moreno reconoció en una entrevista con El Destape que la puso toda en billetes: “Me dijeron que tenía que poner 20 mil pesos y los puse”.

Afuera del mitin, un importante grupo de jubilados se manifestó expresando su repudio al evento y suplicando un incremento en sus haberes. Basta con mirar cualquier canal televisivo para conocer los duros testimonios de los manifestantes, que en muchos casos no tienen remedios ni un plato de comida asegurado. ¿Todo esto festejaban?

Orozco, Zapata y Moreno, al igual que todos los comensales presentes viven alejados de la realidad. En el caso de los tres salteños, no se le conoce gestión alguna que haya generado beneficio alguno para sus representados que padecen a diario las embestidas del Gobierno Nacional. Los decepcionados, como los arrepentidos se cuentan por cientos de miles.

Algunos, amagaron a decir que “fueron a trabajar”, pero en la mesaza no se vio instrumento alguno que sirva para agarrarse de esta justificación, a menos que las botellas de vino sean una herramienta de trabajo y en la redacción de Coloquial todavía no lo sepamos. La reunión se extendió algunas horas, Javier Milei repitió las mismas frases armadas y el telón del evento repugnante cayó.

Para el cierre de ésta nota de opinión, haremos propia las preguntas que el periodista Baby Etchecopar lanzó en su durísima editorial sobre el evento: ¿Se puede ser tan hijo de puta? ¿Cómo hacés para tragar la carne cuando sabés que algún jubilado no comió?

Las fotos