La Justicia Provincial ordenó evaluar al presidente Milei por un psicólogo, pero el informe se mantiene bajo reserva.
Corría el año 2018 y Javier Milei era apenas un economista gritón que recorría los canales de televisión llamando la atención de todos con sus desplantes desopilantes. Con la invitación de Alfredo Olmedo y Carlos Zapata, el pintoresco personaje de peinado alocado arribó a Salta, más precisamente a Metán, donde brindó una charla y respondió a las inquietudes de los periodistas presentes, hasta que estalló y terminó maltratando a la comunicadora Teresita Frías, por preguntarle algo que no le gustó.
De la misma forma que lo hemos visto en reiteradas oportunidades, se despachó con gritos e improperios, agrediendo lisa y llanamente a la periodista, con palabras que no reproduciremos por el respeto a nuestra destacada colega. El brote de alteración por supuesto no terminó ahí y fue la fiscal penal de Violencia Familiar y de Género de Metán, Susana Redondo Torino, quien inició las actuaciones legales de oficio, conforme a lo que exige la ley.
El encargado de recibir la presentación formal de Redondo Torino fue el juez, Carmelo Paz, que respondió rápidamente dictando las medidas cautelares propias de un hecho como el descripto. Por un lado, dictó la prohibición de acercamiento, ordenando a Milei que se abstenga de realizar actos de violencia, física o psíquica, como también proferir insultos, palabras agravantes y amenazas en contra de Teresita Frías.
La convocatoria de Olmedo y Zapata fue un fiasco total y terminó con la prohibición hacia Javier Milei para participar como disertante o panelista de cualquier charla o reunión pública en Metán. Aun así, los brillantes organizadores ahora se la dan de libertarios, uno como representante del PARLASUR y el otro como diputado nacional, luego de un paseo por cuanto frente fue posible.
Sin dudas el punto en cuestión de estas líneas viene a colación de la otra medida dictada por el juez Paz: la evaluación integral de todas las partes involucradas. De esta manera, el ahora presidente de la Nación Javier Milei, tuvo que someterse a una evaluación psicológica, en calidad de agresor, ante los psicólogos de la Oficina de Violencia Familiar y de Género (OFVG).
Ahora, la Honorable Cámara de Diputados de la Nación analiza llevar al presidente a un Juicio Político, precisamente poniendo en duda las facultades mentales de Milei. Este informe de la evaluación psicológica podría ser la respuesta ya que el principal objetivo del mismo busca dilucidar los indicadores de riesgo que determinarían si el jefe de Estado es o no “un peligro para sí, o para terceros”.
En rigor de verdad, el informe permanece bajo reserva. El encargado de realizarlo fue el psicólogo Pablo Carrizo Saavedra y algunos medios, con más tinte oficialista que otra cosa, señalaron que “la reacción de Milei podía encuadrarse como algo meramente esporádico”, lo cual resulta cuanto menos cómico, puesto que el líder libertario nos tiene acostumbrados a este tipo de desplantes. Uno de los últimos, fue ante la consulta de un periodista paraguayo, que realizó una pregunta amigable y recibió una catarata de berrinches como respuesta.
El Juicio Político
La Cámara de Diputados sigue en el trámite de conformar la comisión que estará a cargo de darle tratamiento al Juicio Político en contra del presidente de la Nación. Esto hizo explotar la interna entre los legisladores de La Libertad Avanza y terminó con un portazo de Oscar Zago del bloque oficialista.
A la fecha, la puja sigue. Marcela Pagano insiste con quedarse al frente de la comisión, pese a la negativa que recibió de Karina Milei y el presidente de Diputados, Martín Menem.