El presidente Milei invitó a los gobernadores a firmar el Pacto de Mayo en un discurso para sus argentinos de bien.
La Asamblea Legislativa inició puntual y la llegada del presidente de la Nación, Javier Milei, fue conforme a lo pactado, iniciando su discurso a las 21:00 horas. Si hay que hablar de cambios, la puntualidad podría ser uno de los únicos. La exposición del jefe de Estado se extendió cerca de una hora y para muchos dejo sabor a poco, más cerca de otro discurso de campaña, que para La Libertad Avanza parece no haber terminado.
Muchas de las promesas realizadas durante los meses que se disputaba la presidencia con Sergio Massa, volvieron a ser promesas, pero ahora en el Congreso de la Nación, donde aseguró que eliminará las jubilaciones de privilegio, por ejemplo, y que aquellos condenados en segunda instancia, no podrán presentarse a elecciones.
En cada uno de los anuncios, desde uno de los balcones que dan al recinto, el grupo de aplaudidores desataba la euforia vitoreando “la casta tiene miedo” y “la casta no aplaude”, con los coros de los legisladores oficialistas. Este grupo de aplaudidores de compañía son nada más y nada menos que el séquito de twitteros, la mayoría rentados, que pasa sus días alabando las acciones del presidente en las redes sociales. Por primera usaron las manos.
Los jugosos fondos que ahora le exprimen a las arcas del estado, o como ellos mismos lo solían decir, del IVA de los fideos de los chicos pobres, sirvieron para que el presidente tenga acompañamiento y pueda tomar aire en la vorágine de leer aceleradamente el texto con el que debía convencer a los argentinos de cual era el rumbo a seguir.
Según trascendió, cada uno de los aplaudidores cobraría por lo menos 2 millones de pesos por su actividad en las redes, que ahora tuvo su turno presencial.
Este contexto, los gritos de los fanáticos y los aplausos desmedidos ante cualquier frase o muletilla, revivieron viejos recuerdos de La Cámpora para con su jefa, Cristina Fernández de Kirchner. Desde puntos ideológicos tan distantes, terminan en incomodos parecidos.
A lo largo de su discurso, se refirió a la terrible situación en la que recibió el país y como “logró” hacer que la inflación acumule un 50% en dos meses. Hizo hincapié en las denuncias por la contratación millonaria de seguros a una persona muy cercana a Alberto Fernández y volvió a criticar al Estado “que hace todo y todo se hace mal”.
La gran preocupación de Milei son los que considera “argentinos de bien”, y que según su descripción, viven como ciudadanos de segunda. El resto no está contemplado.
Por supuesto, recurrió al misticismo, las citas de Macabeos y por supuesto la creencia de que las fuerzas del cielo nos salvarán; pero hasta que las fuerzas del cielo accionen, el show de Javier Milei debe continuar. Para eso, invitó a dar vuelta la página, mirando para adelante, haciendo una especie de tabula rasa con los gobernadores. Está claro que ahora el presidente quiere entablar el diálogo y ponerle fin a la disputa de las últimas semanas.
Pero el diálogo al que apunta Milei es más bien una libertad condicional, ya que estableció los parámetros según su antojo. Así fue que el discurso tribunero terminó con el anuncio del Pacto de Mayo, que se firmaría en el mes de la Revolución y tendría por intención “refundar”, aunque para la clase media parezca más “refundir”.
Tras mezclar lo religioso, con la idea del Pacto de Mayo, surgieron los 10 puntos centrales supuestamente innegociables para establecer el acuerdo entre las Provincias y el Ejecutivo Nacional.
Los 10 mandamientos de Milei
Poco antes de la asamblea legislativa, el presidente de la Nación publicó un mensaje en hebreo. El mismo citaba el Versículo 1, del Capítulo 34 del Éxodo del pueblo de Israel. Simplemente, Dios le ordena a Moisés que reescriba en las dos Tablas de la Ley en piedra lo mismo que le dictó en ocasión de la primera escritura que el propio Moisés rompió al bajar del Monte Sinaí.
Así, con el delirio mesiánico que lo caracteriza, no sería descabellado creer que los 10 mandamientos de Milei fueron dictados por Conan y transmitidos por Karina para el pueblo argentino:
- Inviolavilidad de la propiedad privada
- Equilibrio Fiscal
- Gasto público en 25% del PBI
- Reforma Tributaria
- Nueva coparticipación
- Compromiso de las provincias de avanzar en la explotación de recursos naturales
- Reforma laboral
- Reforma previsional (incentivo a sistema privado de jubilaciones)
- Reforma política
- Apertura de comercio internacional
El presidente de la Nación busca un nuevo debate de una Ley de Bases. Para que no ocurra como su primer intento fallido de la Ley Ómnibus, requiere de un acuerdo profundo con los gobernadores, por lo que adelantó un “alivio fiscal” para las provincias, como un primer coqueteo. Así también propone en el quinto mandamiento, rediscutir la coparticipación, un pedido nato de los mandatarios provinciales.
Los primeros cuatro mandamientos son los ejes de su liberalismo libertario y puntualmente la reforma tributaria es uno de los más esperados por aquellos que confiaron en los dichos de Milei en su guerra contra los impuestos, que en estos dos meses no tocó.
El sexto mandamiento resulta uno de los más peligrosos. Pues exige a los gobernadores que para alcanzar el refundacional Pacto de Mayo se tienen que comprometer a explotar los recursos naturales. Con esto, está buscando saltearse las normativas dictadas para proteger el medioambiente y así poder desangrar a las provincias en las manos de las grandes empresas multinacionales. Las leyes contra la megamineria en el sur, la de protección de bosques y glaciares, son el enemigo del Pacto de Mayo.
El séptimo lugar, Milei lo reservó para la Reforma Laboral. El líder libertario busca volver a la carga por los derechos de los trabajadores como intentó hacerlo con el Decreto de Necesidad y Urgencia 70/23, pese a que fue la Justicia quien lo rechazó luego de que las centrales gremiales realicen las presentaciones correspondientes. Este mandamiento viene truncado de fábrica, pues muchas de las aspiraciones libertarias para las relaciones laborales, van en contra de lo que establece la Constitución Nacional y los acuerdos firmados con distintos organismos internacionales.
En el octavo mandamiento nos encontramos con el punto más delicado, la reforma previsional. Lo dijo en su discurso y lo vienen militando sus fanáticos. Quieren dar marcha atrás con las jubilaciones de personas que trabajaron en negro y convertirlas en un mero plan social de asistencia, pero esto claramente no es lo peor, puesto que busca incentivar con beneficios, que no detalló, a quienes se conviertan a un sistema privado de jubilaciones. La resurrección de las AFJP.
La reforma política no resulta menos peor. Si bien el presidente no se explayó en estos anuncios una de las cosas que dijo fue que se debe terminar con el financiamiento del Estado a los partidos políticos, aun cuando el suyo recibió casi 400 millones para andar de campaña.
En el último lugar, el mesías libertario dejo la apertura del comercio internacional, que, acompañado de la falta de anuncios para la industria nacional, vaticina un panorama sombrío para el sector.
Para los propios, el discurso fue poético, perfecto, el mejor de los últimos 10 años y todas las adulaciones que se le crucen por la cabeza al lector. Del otro lado las críticas no se hicieron esperar, y fue calificado como vacío, extorsivo y en contra de la clase trabajadora.