La grave crisis afecta terriblemente a las comunidades indígenas del norte salteño.
Mientras vemos los aumentos en los servicios, el transporte, la inflación y la baja en los salarios, identificamos una crisis de magnitudes bíblicas (parafraseando al presidente Milei). Por supuesto, hay sectores que se ven más afectados y que prácticamente no entran en los planes del actual gobierno. Para ellos, la crisis es catastrófica.
Está claro que uno de esos grupos son las comunidades indígenas, a que el Gobierno de Javier Milei no ha contemplado. El Ejecutivo Nacional, además de querer derogar la ley con la cual muchas comunidades originarias pudieron alcanzar la propiedad de sus tierras (Ley 26.160), desató un ajuste brutal tras el desgobierno de Alberto Fernández.
En la comunidad wichí La Corzuela, para alimentarse recurrieron a cazar palomas para no morirse de hambre. Una mujer de 71 años, pareja del cacique, contó la realidad que viven y mostró las condiciones de su vivienda, de palos y plásticos negros, con piso de tierra que hace de cama de algunos miembros de su familia.
“Aquí nunca llega la ayuda, nosotros ya somos grandes y no podemos trabajar. Sigo peleando contra la crisis”, expuso la mujer en un video publicado por Elitto, en Facebook.
Además de la crisis, nuestras comunidades originarias tuvieron que enfrentar lo que llamaron “la expansión de la frontera agraria”. Este nombre pomposo, en realidad define la expulsión de indígenas de su propio territorio a punta de topadora. Los desmontes los han desplazado de su territorio, donde cazaban variedad de animales, también acabados por el aniquilamiento de su hábitat.
Hoy los resultados son lamentables y los desmontadores se alinean con el Gobierno de Milei, que busca poner fin a la Ley de Bosques Nativos, para continuar arrasando todo a su paso.
La asistencia que brinda el Gobierno Provincial no resulta suficiente, y el Gobierno Nacional sigue en su cruzada por terminar con los supuestos intermediarios de los planes, pero la ayuda no llega. Los recortes a los fondos educativos, afectaron gravemente a las escuelas rurales, lugar donde muchos niños podían acceder a un plato de comida.
La libertad no alcanza
Ninguno de los 10 mandamientos de Javier Milei para su tan ansiado Pacto de Mayo contempla la realidad que describimos en esta nota. Mientras los indígenas reciben la embestida y nuevamente sus territorios se encuentran en peligro por el intento de derogar la Ley de Bosques Nativos, no existe ningún tipo de programa en La Libertad Avanza para frenar esta terrible situación. A simple vista, la libertad no alcanza.
Cabe recordar, que además de la derogación de la Ley de Bosques Nativos, un proyecto de la vicepresidenta, Victoria Villarruel, fue presentado en la Cámara de Diputados y buscaba la derogación de la Ley 26.160 que declaraba la Emergencia Territorial de las comunidades originarias. Y si a esto le sumamos la extranjerización de la tierra que persigue el Gobierno de Milei con el nuevo formato de la ya fracasada Ley Ómnibus, las consecuencias para nuestros indígenas resultarían lamentables.
No se trata solo de un bolsón de alimentos. Desde hace mucho tiempo, la falta de políticas de fondo que se necesitan para resolver esta problemática escasean. Por el momento, resulta más pintoresca la foto para la campaña que los muestre involucrados con la pobreza, a la que a posterior ignorarán.
Recordemos que Villarruel estuvo por Rivadavia Banda Sur en plena campaña presidencial. “Visité a una comunidad wichi que no recibían agua desde hace 3 años y milagrosamente 24 horas antes de mi llegada empezó a llegar agua a sus casas por las cañerías”, decía la segunda de Milei en un tweet.
A La Corzuela, el agua tampoco llega y esperan la visita de la ahora vicepresidenta para ver si se hace el milagro.
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