La extracción de áridos: una herramienta para evitar inundaciones


Especialista salteño expuso la problemática de obesidad de los ríos que hoy afecta a distintas localidades.

Días atrás, las inundaciones en La Caldera expusieron una realidad cada vez más incontrolable que el especialista Ricardo Alonso, doctor en Geología, definió como “la obesidad de los ríos”. En una destacable publicación realizada por él, para diario El Tribuno, desarrolló esta problemática, aclarando la importancia de la extracción de áridos, resaltando que debe hacerse con todos los resguardos que requiere la explotación de canteras húmedas de áridos como son las de los ríos de acuerdo con la normativa que establece la Secretaría de Minería y Energía de la provincia de Salta.

El Dr. Alonso describe la inflación sedimentaria como un fenómeno simple: “Los ríos reciben de sus cuencas mucho más material del que pueden evacuar. Como resultado de ello los cauces aumentan su volumen de sedimentos y los ríos se vuelven obesos”. Asegurando que esto, trae innumerables consecuencias aparejadas.

En el caso de Vaqueros y La Caldera, la Justicia provincial decidió suspender todas las actividades de extracción de áridos a partir de una denuncia radicada por Baltazar Sánchez. En ella, exponía algunas situaciones que podrían afectar al medioambiente, como así también los ruidos molestos, propios de la actividad. Esto además ocasionó la pérdida de puestos de trabajo y desde aquel momento el material siguió acumulándose.

“Si sube el nivel del cauce, entonces los ríos pueden desbordar y aumentan las inundaciones. Las obras civiles, especialmente carreteras y ferroviarias, quedan expuestas a la erosión de sus bases y fundaciones. Cuando el nivel sube lo suficiente puede alcanzar los puentes e incluso sobrepasarlos”, indicó.

Asimismo, detalla algunos de los agravantes de ésta realidad: “Las laderas están desestabilizadas y la escasa vegetación no logra contenerlas. A ello se suma el sobrepastoreo de cabras, ovejas, burros y otros animales que no formaban parte del ecosistema original y fueron introducidos por los españoles unos cuatro siglos atrás. Las quemazones también afectan fuertemente a la débil vegetación y dejan expuesto el suelo”.

Del mismo modo, apunta a los cambios del régimen de lluvias, haciendo hincapié en los fenómenos conocidos como “El Niño y La Niña”.

“Lo más sano es la correcta extracción de áridos de los ríos. Sacarles a los ríos la mayor cantidad de áridos para construcción es una manera de bajar la acumulación natural”, insistió el reconocido investigador del CONICET y caracterizó la “extracción racional”.

De acuerdo con el especialista: “Además de los permisos legales pertinentes, se encuentran al menos tres premisas mayores que son la explotación en el cauce medio, la colocación de los estériles en los laterales y la distancia necesaria con respecto a las obras civiles. Extraer los áridos del cauce medio y acumular el descarte hacia los laterales ayuda a crear una barrera artificial contra las crecientes y erosión de los terrenos vecinos y además a canalizar el río en los tramos de explotación”.

VER: La obesidad de nuestros ríos por Ricardo Alonso, para diario El Tribuno


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