La verdadera casta tiene monumento: Milei y su amor por Menem


El presidente de la Nación le hizo otro homenaje al ex presidente, Carlos Saúl Menem, que murió impune.

Si algo hizo Javier Milei con la verdadera casta, es rendirle honores. Mientras aniquila a los trabajadores, jubilados, pequeños empresarios y sectores vulnerables, el supremo líder libertario decidió honrar, por segunda vez, a Carlos Saúl Menem, conocido popularmente como el ex presidente que murió impune.

En la tarde de hoy, Milei descubrió un busto con la imagen de Menem en presencia de familiares del occiso. “Les duela o no, ha sido el mejor presidente de la historia. Si hay algo que dije siempre es que fue el mejor presidente de la historia y hoy vengo con el honor y el orgullo de estar reestrenando este busto”, resaltó Javier Milei.

La fecha elegida para la ceremonia coincide con que se cumplen 35 años del triunfo electoral, del riojano condenado a 7 años de prisión por el contrabando ocurrido entre 1991 y 1995 a Ecuador, mientras este se encontraba en guerra con Perú. La condena fue impuesta en junio de 2013, el Tribunal Oral en lo Penal Económico Nº 3 (TOPE 3) porteño.

“Murió impune”, es la frase que suena y resuena en Río Tercero, una rica ciudad agroindustrial ubicada a sólo 100 kilómetros al sur de Córdoba capital.

En Río Tercero murieron 7 personas y más de 300 resultaron heridas. Todas ellas, se quedaron con el sabor amargo de la injusticia y ahora, Milei lo homenajea, con el IVA de los fideos de todos.

Río Tercero tras la explosión de la DGFM

El ex presidente riojano tuvo por condenados a cuatro altos funcionarios de la Dirección General de Fabricaciones Militares, acusados de ser “autores mediatos” del delito de “estrago doloso agravado por muerte de persona”, mientras que Menem fue excluido de ese juicio porque un fallo de la Sala A de la Cámara Federal de Apelaciones de Córdoba del 12 de febrero de ese mismo año revocó su procesamiento y lo sobreseyó, en medio de una indignación generalizada, con el argumento de que no se había cumplido el “principio del plazo razonable” para el dictado de una condena firme.

Lo cierto es que el homenaje a este condenado, ícono de las privatizaciones y el desempleo, se hace en un contexto de recreación de los 90 que desencadenaron el trágico 2001. Milei, insiste con que el Congreso Nacional le otorgue las facultades extraordinarias que le permitan ser el protagonista de un nuevo saqueo en forma de privatizaciones y con un desempleo creciente.

Menem, además, es recordado por sus promiscuos vínculos con la farandula y una corrupción generalizada que salpicó toda su gestión.

Menem fue juzgado por la venta a precio vil del predio ferial de Palermo a la Sociedad Rural, con el ex ministro de Economía, Domingo Cavallo. En 2019, la justicia lo encontró culpable del delito de peculado, por el que recibió una sentencia de 3 años y 9 meses de prisión, y condenó también a Cavallo.  Pero más tarde fue absuelto.

En 2015 Menem recibió la única condena que quedaría firme, a 4 años y 6 meses de prisión, por el pago de sobresueldos a funcionarios de sus gobiernos con fondos de la SIDE. Está claro, que el homenajeado murió impune.

La libertad de prensa

Sin dudas, Eduardo Menem, hermano del difunto homenajeado, fue quien lanzó la provocación más lamentable, incluso más que los dichos de Javier Milei anteriormente reproducidos. Para él: “Nunca hubo tanta libertad de prensa como en el gobierno de Menem”.

“José Luis Cabezas, no opina lo mismo”, disparó irónicamente un periodista exponiendo el terrible crimen contra el foto reportero asesinado por el empresario Alfredo Yabrán, quien tuvo íntimos vínculos con el ex presidente. Tal era la unión, que a muy poco de ser asesinado, el autor intelectual del crimen, que más tarde se suicidaría, fue recibido por un ministro de Carlos Saúl Menem, donde se fotografió sosteniendo un retrato con la proclama “NO SE OLVIDEN DE CABEZAS”. Tras esta repudiable reunión, Yabrán sería increpado por manifestantes en la puerta de la Casa Rosada, donde lo atacaron a pedradas.

En un contexto donde el propio jefe de Estado arremete contra periodistas que lo critican esto demuestra la valoración de lo que a puertas cerradas entienden por “libertad de prensa”.

Menem no fue un prócer como hoy lo pretenden mostrar los libertarios, imponiendo homenajes que el pueblo recibe con asco y terminan siendo provocaciones burdas y papelones en un intento de ocultar la nefasta historia alrededor del presidente que incubó la crisis del 2001.


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