La Cámara de Diputados votó a favor de la Ley de Bases y solo un legislador salteño la rechazó.
La sesión fue maratónica y después de muchas horas, los diputados nacionales de Salta podrían alegar cansancio, pero no, la realidad es que toda la puesta en escena ya tenía el voto de los salteños asegurados. Y aunque durante sus exposiciones, algún incauto se haya animado a dudar, oficialistas y supuestos opositores se unieron para darle el gusto al presidente, Javier Milei, que ya palpita el Pacto de Mayo un poco más cerca.
María Emilia Orozco, Julio Moreno y Carlos Zapata, como buenos oficialistas acompañaron todo el proyecto de Milei, sin poner una coma en duda. Sin penas ni gloria, tomaron el micrófono para decir algunas barbaridades para quedar bien ante una tribuna agotada, por supuesto, el antikirchnerismo sería la repetitiva receta de Orozco.
Zapata, como un cruzado de Conan, criticó a todos aquellos que cuestionaron a Javier Milei por el supuesto dialogo con su perro fallecido. “Me resulta más confiable una persona con apego a los perros y no los gobernantes que tuvieron apego a los gatos”, sostuvo el diputado aliado incondicional del Alfredo Olmedo, que, de andar pegado a gatos de todo tipo, sabe mucho.
Nadie esperaba mucho de los legisladores oficialistas, tampoco de los encolumnados tras el gobernador, Gustavo Sáenz, y aunque improvisaron discursos críticos, no salieron de su eje de dialoguistas. Siendo así, los tildados de traidores por Javier Milei, aprobaron toda la Ley de Bases conforme a los mandos. Pamela Calletti, Pablo Outes y Yolanda Vega, terminaron acompañando el proyecto, las facultades extraordinarias y hasta la reforma laboral libertaria.
De esta manera, Sáenz se baja del caballo de gaucho federalista en el que se encontraba para someterse a lo que determinen los Milei. El Norte Grande, esta vez no tuvo nada de combativo.
El único de los salteños que se opuso a la Ley de Bases fue Emiliano Estrada, de Unión por la Patria. Su vehemente crítica tanto a Milei como al gobernador de Salta, tuvo mucho eco incluso entre viejas amistades del mandatario. Lamentablemente, esta oposición no fue suficiente, por lo que oficialistas se llevaron la ley y los dialoguistas, como la Unión Cívica Radical (UCR), la vergüenza.