El mecanismo servirá para subsidiar la compra de útiles e indumentaria escolar.
A lo largo de la campaña, mucho se habló de los vouchers educativos. En aquel momento, el planteo se hacía sobre la idea de una educación arancelada y de subsidios que irían a parar a los estudiantes directamente, no así a las instituciones como se implementó hasta el momento. La discusión nunca avanzó y quienes tienen implementados el sistema de vouchers, como Chile, se mostraron como el ejemplo de lo que no hay que hacer.
De aquella discusión nada queda. Ahora, las medidas del presidente Javier Milei poco tienen que ver con sus anuncios de campaña y en materia educativa, no será la excepción.
En un intento por poner a prueba su sistema de vouchers, el Gobierno Nacional anunció que subsidiará la compra de útiles e indumentaria escolar, aclarando que el financiamiento será para los alumnos. Sosteniendo la tónica de acabar con los intermediarios, aunque esto quede solamente en dichos.
“Están trabajando los ministros (Sandra) Pettovello y (Luis) Caputo. Estamos muy cerca de anunciar eso”, dijo Milei.
Lo cierto, es que la aberrante crisis que se vive actualmente, pone en jaque tanto a la educación pública como privada y el presidente de la Nación y su equipo, dejarán de manifiesto su preferencia, no solo en palabras, sino en hechos y subvenciones.
Mientras anuncia la quita del incentivo docente y otros fondos educativos a las provincias que gestionan la educación pública, acomoda la idea de vouchers de financiamiento que servirán a aquellos que asisten a colegios privados y ahora, con las medidas económicas de Milei, no llegan a pagar. Pero claramente esto no será lo único.
El Gobierno Nacional libertario confirmó que los privados gozarán de una exención de impuestos, por lo menos hasta fin de año. Esta medida, busca evitar un “incremento importante” en las cuotas que abonan las familias y más que nada, que se reduzca considerablemente la matrícula de dichos establecimientos.
Aun así, la matrícula de las instituciones privadas ya comenzó a reducirse y el pedido de pases crece considerablemente día tras día, puesto que las familias trabajadoras fueron las más afectadas por cada uno de los anuncios de la presidencia, mientras que los salarios continúan en franca caída. Pagar las exorbitantes cuotas que imponen los colegios privados, resulta cada vez más difícil, en tanto el Gobierno se concentra en seguir sosteniendo a los privados, mientras desfinancia la educación pública.