El presidente, Javier Milei, se mostró junto a la generala Richardson.
El Presidente atravesó más de tres mil kilómetros para reunirse en Tierra del Fuego de manera intempestiva con la jefa del Comando Sur de los Estados Unidos. Con la bandera estadounidense de fondo, Javier Milei se dispuso a darle la bienvenida a Laura Richardson.
Está claro que la generala arribó a nuestro país para monitorear la Estación espacial china en Neuquén y la construcción de un puerto en territorio austral, con la mira puesta en el control de la Antártida.
La generala había estado reunida en la Rosada, 24 horas antes, y hasta había compartido con algunos funcionarios una cena de cortesía diplomática en la noche del miércoles, pero el Presidente no había participado y necesitaba, como sea, dar un gesto definitivo de alineamiento con los intereses del país del Norte.
Milei dió una conferencia de prensa en la que se dedicó a elogiar a Estados Unidos. Habló de “una afinidad natural” entre ambos países y aseguró que comparte “las ideas de la libertad” y “una visión del mundo” con la potencia del norte. También ratificó que el país seguirá adelante con la obra del Polo Logístico, aunque de forma “conjunta” con EEUU, algo que no estaba en los planes en la previa.
“Hoy el mejor recurso para defender nuestra soberanía y abordar de forma exitosa estos problemas es precisamente reforzando nuestra alianza estratégica con los Estados Unidos y con todos los países del mundo que defienden la causa de la libertad”, aseguró mas tarde, en un concepto bastante particular sobre la defensa de los intereses nacionales.
Una base militar
El objetivo de la reunión en Tierra del Fuego fue anunciar el lanzamiento de una base militar argentina que servirá como punto principal de las operaciones nacionales en el Atlántico Sur. Esta decisión, que podría parecer una cuestión interna del país, cuenta con el completo respaldo de los Estados Unidos.
Y esto es porque, por un lado, Estados Unidos accedió a firmar un convenio con Argentina para que esta base sea utilizada como centro logístico que brinde soporte a las operaciones norteamericanas en la región, dejando de lado la base inglesa en Malvinas.
Se trata de un paso histórico en el escenario geopolítico, ya que Estados Unidos se compromete a respaldarse en Argentina y esta nueva base en Ushuaia, antes que en los centros logísticos marinos que tiene el Reino Unido en las Islas del Atlántico Sur.