Sigue el juicio contra los policías de la dictadura en Salta


Joaquín Guil y Carlos Feliciano Estrada son juzgados por torturas durante los primeros años de la dictadura cívico-militar.

El Tribunal Oral en lo Criminal Federal N°1 de Salta inició el juicio contra Joaquín Guil, exdirector de Seguridad de la Policía de la provincia de Salta, y Carlos Feliciano Estrada, exagente de esa fuerza.

Ambos enfrentan cargos por delitos de allanamiento ilegal, privación ilegítima de la libertad y aplicación de tormentos cometidos contra Tomás Ricardo Cuadri en tres incidentes distintos ocurridos entre mayo de 1976 y los primeros meses de 1979.

El juicio, presidido por los jueces Mario Marcelo Juárez Almaraz y Federico Santiago Díaz, junto con la jueza Marta Liliana Snopek, se centra en la acusación de Guil como coautor mediato en tres casos de allanamiento ilegal y tres de privación ilegítima de la libertad agravados. Una de las privaciones ilegítimas de la libertad se agrava por el uso de violencia y amenazas, mientras que las otras dos se agravan también por su duración superior a un mes. Por su parte, Estrada está imputado como autor material en dos casos de allanamiento ilegal y dos de privación ilegítima de la libertad, ambos agravados por el uso de violencia y amenazas, y uno de ellos doblemente agravado por su duración superior a un mes

Además de estos cargos, ambos exfuncionarios policiales deberán responder por tres casos de imposición de tormentos, agravados por la condición de la víctima como perseguido político.

El Ministerio Público Fiscal está representado por el fiscal general Carlos Amad y el fiscal ad hoc Juan Manuel Sivila. El juicio busca arrojar luz sobre los crímenes de lesa humanidad cometidos durante el periodo mencionado y busca la justicia para las víctimas de estos actos atroces. Al momento del llamado a indagatoria, tanto Guil como Estrada expresaron su negativa a declarar. Finalmente, el tribunal dispuso de un cuarto intermedio hasta el 5 de marzo para la próxima audiencia, según informó NuevoDiario.

La acusación

El juicio contra Joaquín Guil y Carlos Feliciano Estrada, exfuncionarios de la Policía de Salta,reveló impactantes detalles de los crímenes de lesa humanidad cometidos entre 1976 y 1979, con Tomás Ricardo Cuadri como una de las víctimas principales. Cuadri, secretario privado del ministro de Gobierno salteño durante el gobierno de Miguel Ragone, sufrió múltiples detenciones, allanamientos ilegales, privación de libertad y torturas a manos de las fuerzas de seguridad.

Según la acusación fiscal, Guil comandó el secuestro de Cuadri en mayo de 1976, ejecutando un allanamiento sin orden judicial en su domicilio. La víctima fue trasladada a la Central de Policía y sometida a torturas, incluyendo sesiones de picana eléctrica y castigo corporal, durante veintiséis días. En septiembre de 1976, Cuadri fue detenido nuevamente, sometido a un simulacro de fusilamiento y torturado en la Central de Policía por 68 días.

En 1979, otro allanamiento ilegal y detención se llevó a cabo, esta vez basada en una falsa imputación de robo. Cuadri fue trasladado nuevamente a la Central de Policía, donde sufrió torturas durante 35 días. La investigación reveló la sistemática violación de derechos humanos, con detenciones sin órdenes judiciales, torturas con picana eléctrica y golpes con trapos mojados, y un claro patrón de allanamientos ilegales.

La acusación destaca la responsabilidad de Joaquín Guil como director de Seguridad de la policía provincial, alegando que ordenó y dispuso estas acciones contra Cuadri. La esposa de la víctima y otros testigos presenciales corroboraron las atrocidades sufridas por Cuadri, confirmando la brutalidad de la represión en ese tiempo.

El juicio, llevado a cabo por el Tribunal Oral en lo Criminal Federal N°1 de Salta, busca arrojar luz sobre estos crímenes de lesa humanidad y llevar a los responsables ante la justicia. La acusación resalta la importancia de este proceso para la memoria histórica y la búsqueda de verdad y justicia en casos de violaciones sistemáticas a los derechos humanos.


Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *