De la motosierra a la topadora


La nueva Ley Ómnibus viene con un paquete de reforma laboral y previsional que arrasaría con todo lo conquistado.

En la Argentina libertaria muchos aplauden la motosierra desde adentro de la licuadora y siguen creyendo que forman parte de la agenda del Gobierno de Milei, que hasta acá, no da muestra alguna de otorgarle un minúsculo beneficio a la clase trabajadora, que en solo 4 meses se cargó al hombro el pago de “la fiesta” de las últimas décadas, como suelen repetirlo. Otros ya se dieron cuenta de qué lado de la motosierra se encuentran y se van sumando de uno en uno a los que gritan “ESTO NO VA MÁS”. Todos, desde adentro de la licuadora.

Pero en las últimas semanas y con una celeridad que asusta, la Honorable Cámara de Diputados de la Nación comenzó a darle tratamiento en comisiones al nuevo texto de la Ley de Bases, y con viento a favor, se espera el tratamiento para el próximo lunes.

Para no frustrar el Pacto de Mayo, Javier Milei necesita que de la aprobación de la Ley Ómnibus, que le otorga las facultades extraordinarias legislativas para privatizar lo que se le cruce y, de yapa, liquidar empresas en beneficios de buitres y grandes grupos económicos.

Otro de los claros objetivos que esconden las bases de esta Argentina libertaria, es la flexibilidad para blanquear capitales que podría convertir nuestro país en un nuevo paraíso fiscal, a medida de fugadores y narcotraficantes. Obviamente, todo esto solapado en una reforma a Seguridad que tendría la intensión de combatir el tráfico de estupefacientes.

El plato extra que cocina el Gobierno de Milei es la reforma laboral, sumada de prepo y sin el tratamiento correspondiente de comisiones en la Cámara de Diputados de la Nación. Así, de forma apresurada y hasta con incidencias penales, oficialistas y dialoguistas se preparan para convertir la motosierra en topadora y poder arrasar con los derechos conquistados por los trabajadores. Un retroceso sin precedentes y una contra reforma que hasta ahora, no recibió el rechazo que merece. Para muchos, la complicidad de los líderes gremiales se nota demasiado y el silencio solo sirve al inevitable resultado.

Entre las cosas que se pueden señalar, la reforma laboral plantea eliminar multas y sanciones a los empleadores que contratan en negro, al mismo tiempo, desampara a todos aquellos trabajadores que no recibieron aportes quitándoles la posibilidad de jubilarse y convirtiendo ese beneficio tan preciado en un plan social más, gestionado por el Ministerio de Capital Humano de Sandra Pettovello. El trabajador obligado a ser “planero” por los incumplimientos de empresarios bajo el amparo protector del Gobierno.

Además, incluyen períodos de prueba para todas las actividades que podría extenderse hasta un año, entre esos, para el trabajo agrario. De la misma forma, habilita un nuevo régimen de tercerización, otorgando más facilidades para el negreo de los empleados; bajan las indemnizaciones para el trabajo doméstico, y atenta directamente contra las mujeres por la derogación de la moratoria previsional, con la cual pudieron jubilarse miles de trabajadoras informales.

Como si esto fuese poco, extenderán la edad jubilatoria para mujeres hasta los 65 años. Ahora, con el nuevo programa cobrarán a partir de los 65 años un haber mínimo que será equivalente a la Prestación Universal al Adulto Mayor (PUAM), la cual percibe el 80% del haber mínimo sin derecho a viudez.

Y si les faltaba un grupo para aplastar, le llegó el turno a los monotributistas que incluye aumentos y una actualización semestral para los topes de facturación en las distintas escalas, como así también una embestida contra el monotributo social. Esta categoría buscaba promover la formalización de los sectores de menores ingresos, al permitirles pagar un costo mínimo de $ 3200. De eliminarse, tendrían que abonar sumas superiores a los $ 26.000.

Desde la línea editorial de Coloquial queremos dejar sentado que estas no son las únicas modificaciones que propone Milei con su nueva Ley de Bases, pero tal vez constituyen las más preocupantes. Para rematar, buscan instalar el régimen UCRA para las indemnizaciones para otras actividades, estrategia que ya en su momento apelaba a bajar las indemnizaciones y por supuesto reducirles obligaciones a los empleadores.

Este régimen es una actualización de lo que conocimos como la Ley Coria, inspirada en Rogelio Coria, histórico dirigente de la UOCRA. Si bien comenzó a cocinarse en 1967 durante la dictadura de Juan Carlos Onganía, fue reforzada por Jorge Rafael Videla con su flamante ministro de Trabajo, Horacio Tomás Liendo, abuelito de nuestra querida macrista-libertaria, Inés Liendo.

Dato aparte, Horacio Tomás Liendo (hijo) es la persona beneficiada con una onerosa contratación por parte del Banco Nación en la era Milei.

La izquierda asegura que impugnarán la reforma laboral del tratamiento de la Ley de Bases por las irregularidades que se dieron y además, impulsan a una silenciosa CGT y CTA a movilizarse el mismo lunes, en contra de estos atropellos. Hasta ahora, siguen buscando el paradero de los sindicalistas.

Para cerrar, utilizaremos los dichos de la diputada nacional Myriam Bregman que sintetizan las patrañas del discurso libertario para cargarse los derechos de todos los laburantes: “La reforma laboral que quieren aprobar el lunes, es tan “light” como unos panqueques de dulce de leche bañados en chocolate”.


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