Los diputados olmeditas de La Libertad Avanza quedaron muy mal parados tras el desplante por el Pacto de Güemes.
Días atrás, en medio de los actos conmemorativos por el fallecimiento del prócer salteño, Martín Miguel de Güemes los diputados olmedistas de La Libertad Avanza protagonizaron un momento bochornoso cuando se retiraron del monumento al héroe gaucho criticando al gobernador de Salta. Fue María Emilia Orozco quien plasmaría esto en las redes sociales, en un claro intento de sacar alguna especie de redito mediático, y que sus pares tuvieron que replicar.
A los legisladores poco les importó la presencia de la vicepresidenta, Victoria Villarruel, sin miramientos se dieron vuelta y la dejaron sola en pleno acto. Orozco, aseguró que “hicieron uso político del acto adjudicando los males de la política tradicional al gobierno de Javier Milei”. La segunda al mando del Ejecutivo Nacional miraba sorprendida el berrinche olmedistan que fue reprobado tanto por propios, como ajenos.
Como si esto fuese poco, Gustavo Sáenz, fue recibido por el propio líder libertario donde le fue presentado el “Pacto de Güemes” dejando totalmente “fuera de juego” a los olmedistas.
Tras reunirse con el presidente de la Nación, Sáenz dio una entrevista a La Nación y defendió este pacto, explicando que reunió a dirigentes de todos los signos políticos, como también distintos actores de la sociedad civil para defender las obras que necesita el Norte y deslizó flor de chicana a quienes deberían, principalmente, representar los intereses de los salteños.
Con un rebenque en la mano, el mandatario advirtió: “¡Guarda!, que esto no es una motosierra, pero es un rebenque”.
Y del mismo modo, arremetió: “Esto es por si queda algún salvaje unitario que quiera ponerse en contra del Pacto de Güemes, acá tenemos para disciplinarlos”.
Orozco quiso una vez más buscar protagonismo a partir de generar polémica, tal y como lo hizo desde un primer momento criticando a sus pares concejales por la dieta que cobró religiosamente durante su paso por el cuerpo deliberativo de la capital salteña, o cuando prefirió hablar de Máximo Kirchner mientras lo que se discutía era la Ley Ómnibus.
Carlos Zapata, quien también abandonó el acto del que participaba la vicepresidenta, intentó arreglarla después celebrando la actitud del presidente Milei por recibir a los mandatarios del Norte Grande, entre los que estaba Gustavo Sáenz. En su mensaje, aseguró que solo se trataban de “versiones malintencionadas” aquellas que tildaban a Milei de intransigente.
“La institucionalidad, por encima de cualquier diferencia”, opinó el diputado olmedista, olvidando circunstancialmente los improperios e insultos que propinó el jefe de Estado meses atrás.