Concejales aprobaron una ordenanza para cobrar los insumos de castración y “reservarse” en el caso de los callejeros.
El Concejo Deliberante de San Lorenzo aprobó una polémica ordenanza con la que le permiten al Ejecutivo Municipal cobrar los insumos para la castración de animales. Con esto se desata una problemática mayor para el grupo de proteccionistas que suele llevar a los animalitos callejeros para evitar así la superpoblación que afecta a todos los vecinos.
La iniciativa corresponde al oficialismo y fue impulsada por el propio presidente del cuerpo deliberativo, Juan Pablo Dávalos y contó con el voto favorable de Federico “Topo” Salazar, Miguel Mercado, Gustavo Aguirre, y José Rojas, todos al servicio del intendente Manuel Saravia.
De acuerdo con el texto de la ordenanza, ahora la Municipalidad de San Lorenzo aportará el costo de la intervención, pero a la hora de hablar de los materiales que demande, aquel que lleve al animal deberá acreditar documentación que lo demuestre como carente de recursos, perciban un salario mínimo vital y móvil, o sean jubilados, por supuesto exigiendo que se presente documentación que lo respalde.
En el artículo 4 de la ordenanza, ahora “el municipio se reserva el derecho de castrar a todo perro o gato, macho o hembra, que se encuentre suelto en la vía pública”.
La voz disidente en el deliberante de San Lorenzo la tuvo la concejal, Agustina Rodríguez Laconi, quien señaló las responsabilidades municipales en el área zoonosis y expresó su rechazo a la complicidad de los ediles en esta decisión del oficialismo.
De la misma manera, una residente expresó su preocupación: “Es una vergüenza que los concejales que saben que zoonosis y las tareas q debe desarrollar el área son responsabilidad de la municipalidad, la deleguen a los vecinos. Es como que nos digan que cuando se pavimente una calle, el Poder Ejecutivo va a poner la mano de obra y los materiales los tenemos que pagar los vecinos”.
“Encima que les pagamos los sueldos del 1 al 10 de cada mes, quieren lavarse las manos”, finalizó.