Libertarios presentaron la derogación del aborto legal: explotó la polémica


Lilia Lemoine negó haber firmado el proyecto pese a que figura como una de las firmantes.

Años atrás, una enorme movilización de mujeres logró que se sancionara la Ley que regula el acceso a la interrupción voluntaria y legal del embarazo y a la atención postaborto de todas las personas con capacidad de gestar. Fueron bautizadas como la “marea verde” por la masividad de las marchas e hicieron hablar al mundo entero.

Ahora, la diputada Rocío Bonacci de La Libertad Avanza presentó un proyecto para derogar el aborto legal reavivando una discusión ya zanjada. Según el texto, la medida también lleva la firma de los legisladores Beltrán Benedit, María Fernanda Araujo, Lilia Lemoine, Manuel Quintar y Oscar Zago, el presidente del bloque libertario.

“El proyecto es mi iniciativa, no del Ejecutivo, y ha sido puesto a la consideración del cuerpo que integro”, resaltó Bonacci.

Para sorpresa de todos, la polémica explotó antes de que comience la discusión, puesto que una de las firmantes, Lilia Lemoine, dejó mal parada a su par: “Pusieron mi nombre porque dije que iba a acompañar pero que no era momento ahora y me metió igual. Es muy dañino”.

La novedad había trascendido en la noche de este miércoles, pero el expediente, con número de trámite parlamentario 233, tuvo alta en el sistema de entradas de la Cámara de Diputados el pasado lunes.

Sobre esto, la autora del proyecto explicó: “No son firmas de puño y letra, son acompañamientos de miembros de mi bloque, con los que previamente charlamos acerca de este proyecto, algunos por WhatsApp y otros personalmente. Podían estar o no. No sé por qué tienen el afán de llamarle operación a todo”.

 Qué propone el proyecto

En uno de sus artículos se propone la reclusión o prisión de tres a diez años si el aborto se realiza sin consentimiento de la mujer. “Esta pena podrá elevarse hasta quince años, si el hecho fuere seguido de la muerte de la mujer”, se detalla y se agrega: “Con reclusión o prisión de uno a cuatro años, si obrare con consentimiento de la mujer”. “El máximum de la pena se elevará a seis años, si el hecho fuere seguido de la muerte de la mujer”, se añade.

Además, la iniciativa dispone cambiar el artículo 86 que se refiere a los especialistas a cargo de los abortos: “Sufrirán, además, inhabilitación especial por doble tiempo que el de la condena, los médicos, cirujanos, parteras o farmacéuticos que abusaren de su ciencia o arte para causar el aborto o cooperaren a causarlo. El aborto causado por un médico diplomado con el consentimiento de la mujer encinta y con el fin de evitar un peligro inminente para la vida de la madre no es punible, siempre que el peligro no pueda ser evitado por otros medios”.

“Nuestra propuesta apunta a eliminar la injusta y arbitraria distinción que la redacción actual traza entre los abortos realizados antes de la semana 14 sin reproche penal- y los realizados luego de dicho plazo -penalizados en los casos en que no se verifiquen las causales de no punibilidad-, en la convicción de que dicha distinción sienta un peligroso precedente al crear, de hecho, categorías de personas”, planteó la diputada en el texto del proyecto.

En otro apartado, se agrega una modificación del artículo 88: “Será reprimida con prisión de uno a tres años, la mujer que causare su propio aborto o consintiere en que otro se lo causare. La tentativa de la mujer no es punible. El juez podrá disponer que se exceptúe de la pena a la mujer en atención a los motivos que la impulsaron a cometer el delito, su actitud posterior, y la naturaleza del hecho”.

Uno de los puntos más polémicos es el referido a los abortos realizados en embarazos originados por una violación: “Decidimos eliminar la causal de no punibilidad por entender que la misma ha sido sistemáticamente interpretada como una justificación de la práctica. Sin embargo, dichos casos quedan comprendidos en la redacción propuesta para el artículo 88 del CP, que autoriza al juez a eximir a la mujer de la pena en atención a las causas que la llevaron a abortar y a su comportamiento posterior, manteniendo así el carácter delictivo de la conducta. En efecto, creemos que no existe ninguna razón, por dramática que sea, que justifique el descarte de una vida inocente”.

“El comienzo de la vida humana hace tiempo que ha sido aclarada por la ciencia. En efecto, la genética moderna ha demostrado que desde el instante de la fecundación se forma un nuevo individuo de la especie humana, con carga cromosómica propia, característica que lo convierte en una entidad distinta a su madre”, se detalló en los fundamentos.

Y se completó: “La dependencia que tiene este nuevo ser respecto de su madre no anula su condición de individuo, que continuará su desarrollo hasta el nacimiento siempre y cuando no se vea agredido por una fuerza externa. De hecho, desde la concepción en el seno materno no se produce ningún cambio disruptivo que permita afirmar que lo que antes era un “fenómeno” ahora es un ser humano; todo el proceso es un desarrollo progresivo de alguien que ya es. No creemos necesario ahondar más en este aspecto, que ya ha sido largamente probado y sostenido por la ciencia y la técnica, por lo que pasaremos a referirnos a la cuestión de la personalidad”.


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